Si tú también estás pensando en llenar tu casa con un material tan bonito y tradicional como es el esparto, o si ya tienes alguna fibra natural en casa y no sabes cómo y cuándo hacerle una limpieza, en este artículo te contamos los pasos y consejos que necesitas para mantener el aspecto de tus productos de esparto como el primer día.

Las fibras naturales, aparte de ser decorativas, acogedoras y cálidas, ayudan a regular la humedad ambiental. Es verdad que son perfectas para todo el año pero que toman un protagonismo especial durante el verano. Son productos muy resistentes pero que requieren de unos cuidados más específicos. Básicamente tendrás que aspirar y limpiar profundamente de vez en cuando y tener atención al exceso de agua.

El esparto en concreto es una bonita inversión de decoración que merece la pena tratar adecuadamente y siempre con delicadeza. Nada de utilizar productos químicos sino naturales y hacer siempre limpiezas suaves, así te durará mucho más tiempo y quedará como nuevo. Es un material muy sacrificado que al mismo tiempo que es capaz de soportar el desgaste del tiempo y disimular la suciedad, también necesita una limpieza cada cierto tiempo porque por el contrario podría ser foco de infecciones y alergias.

Será suficiente limpiar cada dos semanas tu producto con una aspiradora para eliminar los ácaros del polvo, y no olvidar hacerlo por ambas superficies. Si tienes la posibilidad de ventilarlo al menos una vez al mes, resultará muy efectivo. Y si con el tiempo quieres mejorar su aspecto, bastará con repasar los hilos sueltos recortando con unas tijeras y su trenzado lo agradecerá.

Por su parte los productos de exterior están más expuestos a las contingencias del tiempo y hay que saber que el sol directo o la abundancia de agua no son muy amigos del esparto a largo plazo. Por eso es preferible secar y airear después de cualquier limpieza en zonas de sombra y sin calores extremos.

• La mejor solución con manchas sólidas y el polvo será la aspiradora, utilízala siempre por ambas caras de tu alfombra o producto para que el efecto sea total. No esperes a que las manchas se sequen y límpialas rápidamente. Utiliza agua tibia y jabón neutro y frota suavemente con un cepillo siguiendo la dirección de las fibras para no dañarlas. Después podrás ayudar al secado con un paño de algodón y dejándola secar al aire libre pero tampoco directamente al sol.

• Con los malos olores el bicarbonato sódico será la solución, en este caso, si crees que tu alfombra de esparto tiene moho o tiene mal olor, aplica una gruesa capa de bicarbonato sódico sobre ella y déjalo actuar durante un día. Usa la aspiradora para retirar el producto y ventílala para un resultado definitivo.

• Seca la humedad. Es bueno evitar que caigan líquidos directamente en las fibras naturales si queremos conservarlas bien, una alfombra de fibra mojada acabará pudriéndose si no se ha secado. Primero puedes utilizar un paño de algodón presionando sobre la zona para ayudar a secarlo, también una toalla servirá. Lo mejor es dejarla secar en una zona bien aireada, pero si no dispones de este tipo de espacio, entonces podrás ayudarte del secador. Sí, utiliza tu secador de pelo hasta que la humedad de las fibras desaparezca por completo.

• Para manchas concretas utiliza de nuevo un paño húmedo aplicando ahora sal concentrada y frotando suavemente. Repite la operación por ambas partes del producto.
  • Si la mancha es grasienta podrás utilizar alcohol médico directamente en tu alfombra o producto de esparto. Cuando el alcohol se evapore en un lugar aireado, cualquier resto desaparecerá con un poco de jabón natural o vinagre blanco mezclado con agua.
  • El vinagre blanco es una buena solución también para las delicadas manchas de vino. Puedes utilizarlo con un pulverizador para ayudarte.
  • Y si el tipo de mancha es más complicada podrás utilizar en ese caso un poco de amoníaco en lugar del vinagre blanco.

Preguntas frecuéntese sobre la limpieza del esparto